lunes, 11 de octubre de 2010

Introduccion a la alfabetización de Nicaragua


El objetivo principal que persigue este servicio, es ofrecer a los adultos mayores de 15 años la posibilidad de aprender las habilidades para la lectura, la escritura, el cálculo básico y hacer uso de sus habilidades en su vida cotidiana. La alfabetización se ofrece en la misma comunidad de residencia de los adultos, en locales y horarios que son determinados de acuerdo a las condiciones y necesidades de ellos mismos.

El tiempo promedio para lograr la alfabetización de una persona, se puede ubicar entre 7 y 10 meses. La duración de la primaria y la secundaria dependerá del ritmo de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas. En nicaragua hubo un indice de 50% de poblacion analfabeta y gracias a la cruzada nacional se logró disminuir esta cifra notablemente.

Cruzada nacional de alfabetizacion

La Cruzada Nacional de Alfabetización, cuyo nombre completo es Cruzada Nacional de Alfabetización "Héroes y Mártires por la Liberación de Nicaragua" (CNA), fue la acción del gobierno de Nicaragua que permitió reducir el índice de analfabetismo superior al 50% al escaso 13%. Esta operación obtuvo el reconocimiento de la Unesco en 1981.

La Campaña de Alfabetización en español terminó oficialmente el 23 de agosto de 1980, sin embargo el 30 de septiembre comenzó la alfabetización en inglés, miskito y sumo, con el objetivo de alfabetizar 16.500 nicaragüenses en la Costa Atlántica.

El gobierno surgido del triunfo de la la Revolución Sandinista el 19 de julio de 1979 en Nicaragua contempló la erradicación del analfabetismo como una prioridad urgente. En aquel momento el índice de analfabetismo en el país era superior al 50%, uno de los mayores de América Latina.
La Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional incluyó en su Programa de Gobierno la erradicación del analfabetismo como una de las metas prioritarias de su plan de acción en el sector educativo. Dice el Programa: Se iniciará una Cruzada Nacional de Alfabetización que movilice todos los recursos del país para lograr la total erradicación del analfabetismo. Además, el Estatuto sobre Derechos y Garantías de los Nicaragüenses, promulgado el 21 de agosto de 1979, declara de INTERÉS SOCIAL la alfabetización y señala es responsabilidad de todos los nicaragüenses. Siguieron el mandato de uno de los fundadores del FSLN, Carlos Fonseca, cuando dijo ...y también enséñenles a leer.


La acción fue reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura con la concesión de la distinción Memorias de la Humanidad en el 2007. Ya había recibido el reconocimiento de la Unesco en 1981. A estos reconocimientos se unieron los de el premio a la post alfabetización, premio al proyecto de alfabetización en Ciudad Sandino, el Vicariato de Bluefields.

Una buena causa

En los primeros días de 1980 miles de personas de todo tipo y clase pero con el objetivo común de alfabetizar a aquellos que no sabían leer y escribir, partieron de Managua expandiéndose por todo el territorio nacional, llegando a los más recónditos lugares y ganándose los ánimos de todos aquellos que, por alguna u otra causa, se retraían de adquirir los conocimientos que le permitirían, como dice el título del disco que apoyó la campaña, convertir la oscurana en claridad. Los motivos de las faltas de ánimo eran muy diversos, desde el miedo a lo desconocido o al "no ser capaces de aprender" hasta la creencia arraigada de que eso sólo era para los señoritos.

La Cruzada Nacional de Alfabetización fue un gran movimiento de masas, participaron nicaragüenses de toda clase, a los que se sumaron miles de maestros mandados por Cuba y miles de cooperantes internacionales, se estima que fueron más de 60.000 los participantes. En un año el índice de analfabetismo quedo reducido a menos del 13% . En los barrios, aldeas y pueblos ondeaban las banderas que indicaban que aquel territorio estaba libre de analfabetismo.

La Revolución género su propia pedagogía con su propio material didáctico y filosofía, razón por la cual posteriormente se creó una discusión sobre el contenido del material didáctico (folletos de lectura, manuales, textos, etc.) surgiendo acusaciones por parte de algunos sectores de "politizar" el aprendizaje del alfabetizado. Estas acusaciones son en cierta medida discutibles aún hoy en día. Si bien es cierto que gran parte del material contenía un fuerte contenido político-ideológico, lo cierto es que el alfabetizador no necesariamente era militante activo de él, o siquiera relacionado al Gobierno Sandinista (la mayoría de los casos quizá), por lo que la "persuasión" política a la que el alfabetizado pudo haber estado expuesto más allá de los libros de texto generalmente resultaba mínima.

El alfabetizador se acercaba de igual a igual al alfabetizado, enseñaba y aprendía. Compartía las labores de la tierra y aprendía a sembrar y recolectar, mientras en el intercambio, enseñaba a leer y a escribir.

La campaña 2006, Yo si puedo.

En marzo de 2006 comienza en Nicaragua la Campaña de alfabetización Yo, sí puedo que tiene como objetivo bajar la tasa de analfabetismo del 36,9%, cifra a la que subió desde la pérdida del poder del FSLN en 1990 al 2005, al 5% en solamente un año. La campaña llegará a 150.000 personas. El segundo objetivo de esta campña es el elevar el nivel académico de esas personas y de aquellas que lo deseén hasta el sexto grado.
Se utiliza para ello el método cubano Yo, sí puedo que fue creado por Leonela Relys y esta basado en la experiencia y que aprovecha lo conocido, como son los números, para avanzar hacia lo desconocido, las letras. Utiliza herramientas audiovisuales junto con la clásica cartilla. Se sigue una directriz con tres hitos, oído-ojo, escuchar y ver; oído -libro, escuchar y leer; oído-lápiz, escuchar y escribir.

La acción está desarrollada por las alcaldías de ciudades y pueblos, alcaldías en manos de FSLN y del PLC (Partido Liberal Constitucionalista) con la participación de Iglesia Evangélica y los Testigos de Jehová y el apoyo del Gobierno de Cuba que ha donado los recursos técnicos, cinco mil televisores, medio millón de cartillas, diez mil manuales para igual número del facilitadores, cinco mil VHS, y ochenta y siete mil video casetes (valorado en dos millones y medio de dólares), y la colaboración de 6 asesores. Cada alcaldía participa con cinco técnicos que se únen al cuerpo técnico encabezado por profesionales y ciudadanos que estuvieron dirigiendo o impartiendo clases durante la Cruzada Nacional de Alfabetización de 1980, y asegura el resto de materiales de enseñanza, como cuadernos, lápices, etc.

Se organizan puntos de alfabetización (se llaman centros de alfabetización) que constan de un TV y un vídeograbador con dos monitores que dan clase a 15 personas por un periodo no mayor de 3 meses. Los monitores, educadores, son todos voluntarios.